El feminismo no es una bandera política ni una postura extrema. Es un movimiento que lucha por la igualdad de los derechos entre mujeres y hombres. Sin embargo, en tiempos de polarización, se ha tergiversado su significado, reduciéndolo a consignas partidarias o a visiones simplificadas que nos alejan del verdadero propósito: Derechos iguales y combate a la violencia.
Un feminismo sin trincheras
El feminismo son los derechos humanos. Pero si ponemos una mirada atenta a la cantidad de artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, se constata que las violaciones más feroces son contra las mujeres. El mundo democrático avanzó mucho en la normativa humanitaria, pero muchos enunciados quedan en el papel. La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), lo dice claramente, la discriminación contra la mujer viola los principios de la igualdad de derechos, inhibe la participación de las mujeres en igualdad de condiciones en beneficio de las naciones y sus sociedades.
Cuesta argumentar sobre lo obvio, pero, sin la participación de las mujeres se reduce el desarrollo de una sociedad, y se le sustrae a la humanidad la mirada y la sensibilidad de las mujeres. La mitad del cielo, aunque muchas todavía vivan en el infierno.
La revolución de los derechos humanos, aunque la palabra esté mal connotada, fue precisamente definir la naturaleza humana por su dignidad. Las personas, hombres y mujeres, portan derechos solo por su condición de personas. De modo que la igualdad de género no es solo un problema de las mujeres, sino de toda la sociedad. ¿Cómo puede una democracia, definida por su pluralidad, funcionar plenamente si la mitad de su población queda fuera porque no se la incluye, ni respeta?
Brechas persistentes y avances internacionales
Hay brecha salarial, las mujeres seguimos ganando menos, en nuestro país ya tenemos paridad legislativa, se feminizaron los claustros, las empresas y la justicia, pero las cúpulas siguen estando, en general, en manos de los varones. En tiempos en los que hay embates ideológicos sobre los enormes avances que lograron las feministas para democratizar las leyes y la sociedad, debemos insistir: ser feminista no significa pelear contra el hombre sino contra la cultura de la superioridad, de la prepotencia que afecta tanto a las mujeres como a los hombres.
Mi experiencia en la defensa de los derechos humanos
Soy joven y trabajo en la defensa de los derechos humanos. Desde mi trabajo he comprobado cómo el acceso a la justicia, la educación y el empleo sigue siendo desigual para muchas mujeres. La situación, en muchos casos se agrava por la discriminación social y etnica. A la par, en distintos países, las activistas son perseguidas tan solo por exigir sus derechos.
Ser feminista no es un dogma, es un ejercicio diario de coherencia con los principios de igualdad y justicia. Es reconocer que las diferencias biológicas no justifican desigualdades de ningún tipo. Es comprender que la equidad de género no se logra con discursos vacíos, sino con políticas concretas que transformen la vida de millones de mujeres y niñas en el mundo. Nací en democracia. Tengo el privilegio de la palabra que se le negó a tantas mujeres. El 8 de marzo es siempre una oportunidad que nos da el calendario para reflexionar entre todas, sin trincheras, con honestidad para hacer efectiva la democracia, ya que las más desarrolladas son las que mejor índices muestran en relación a la igualdad de las mujeres. El feminismo no es una moda, es una necesidad.
En Mujeres & Compañía, trabajamos día a día para ofrecerte contenido que abre diálogos, despierta reflexiones y empodera voces. Si nuestro enfoque sobre democracia, vida en común y feminismo resuena con vos, te invitamos a sumarte de una manera especial.
Con tu aporte, nos ayudás a seguir creando y a mantener este espacio libre e independiente. A través de los botones de Mercado Pago en este newsletter, podés donar y ser parte de la comunidad que impulsa un periodismo con perspectiva.
Gracias por ser parte, necesitamos que nos acompañes.