Nos invitaron a presentar a Mujeres&Compañía en el evento anual de Women in IP (Mujeres en Propiedad Intelectual), un grupo internacional de expertas en patentes, tecnología e innovación que forma parte de la American Intellectual Property Law Association (AIPLA). El evento se realiza en todo el mundo al mismo tiempo. Este año el lema del encuentro fue “Innovación & Colaboración.”
En Buenos Aires, Alicia Álvarez y María Aurora García, dos mujeres con un gran espíritu innovador y socias del estudio BerkenIP, organizaron un desayuno en la moderna casa que tiene la prestigiosa chef Katrine Røed en el Bajo Belgrano. La convocatoria reunió a unas 50 científicas, emprendedoras, ejecutivas, abogadas, artistas y coaches en temas organizacionales, jurídicos y de bienestar. Éramos un grupo intergeneracional, de 40 a 70 años de edad, con trayectorias y saberes muy diversos, pero con una visión común: la conciencia de estar abriendo caminos nuevos para otras mujeres, de ser siempre una minoría en ámbitos liderados y diseñados por varones, y de tener una gran necesidad de contar con una red de amigas profesionales con quienes compartir logros, sueños, tropiezos y desafíos. Esa, justamente, es la misión Mujeres&Compañía.
Alicia Álvarez, una de las anfitrionas, trabajó en empresas muy masculinas como ingeniera química especializada en metalurgia. Estuvo por ingresar a la Comisión Nacional de Energía Atómica pero “justo” congelaron la vacante. Un día alguien le pidió ayuda para entender una patente química y descubrió un universo que la cautivó. “Unirme al comité de mujeres de AIPLA me permitió darme cuenta que las situaciones a las que me enfrentaba habitualmente no eran naturales: tener que discutir por reconocimiento o por ser parte de las decisiones, discutir para ganar lo mismo que un hombre. Comprendí que no era una impostora y merecía el lugar que con tanto trabajo me había ganado. Esto me dio una visión amplia que me permitió crecer y formar un gran equipo de trabajo mayoritariamente femenino”.
Su socia, María Aurora García, era la abogada más joven de YPF en los años 90 cuando la compañía estaba en pleno proceso de transformación. La renovación implicó también un cambio de imagen y actualización de marcas, logotipos, diseños y slogans. “En aquellos años era poco lo que se aprendía de propiedad intelectual en la facultad de Derecho, por lo que a ninguno de los abogados le interesaba abordar el tema. Entonces, mi jefe, casi como un castigo por ser joven y recién recibida, me pidió que me encargara”. Así comenzó una carrera internacional que la llevó a especializarse en propiedad intelectual, patentes, tecnología e innovación, cuestiones que hoy son centrales para el desarrollo de los países en la era del conocimiento.
La riqueza y el liderazgo de las naciones en el siglo XXI ya no se mide ni en quilates de oro, barriles de petróleo o automóviles fabricados como hace medio siglo, sino en innovación científico-tecnológica y patentes originales presentadas anualmente. China con 1.600.000 patentes solicitadas en 2023, triplicó la cantidad presentada por Estados Unidos, lo cual explica su liderazgo tecnológico mundial que tiene obsesionado a Donald Trump.
Argentina, con tres premios Nobel de ciencias en su haber y una gran trayectoria científica, solicita menos patentes hoy que hace 50 años. Por eso la vocación demostrada por Alicia, María Aurora y las científicas y emprendedoras reunidas en el desayuno reveló una gran sintonía con el paradigma de progreso y las necesidades de esta época.
Anda Indart, CEO y cofundadora de Elytron, nos deslumbró con su startup de biotecnología y nos invitó a visitar sus laboratorios a metros del Obelisco. La compañía creó una plataforma que combina biotecnología e IA para acelerar —entre 5 y 10 veces más rápido que los estándares actuales— el descubrimiento y desarrollo de soluciones biológicas basadas en microorganismos y sus derivados. “Con esta tecnología podemos abordar desafíos globales como la reducción del uso de pesticidas, el reemplazo de químicos en sanidad animal, la remediación de suelos, la mejora de procesos industriales, el desarrollo de nuevos colorantes no contaminantes e ingredientes para alimentos más saludables, entre muchas otras cosas”.
Ana dirige un equipo de 12 personas, en su mayoría científicos y científicas. La empresa tiene dos años y ya vende productos y servicios a líderes del sector agroindustrial y está dando los primeros pasos en Brasil como parte de la expansión regional. Está en sus planes patentar sus productos.
Le preguntamos ¿cómo es dirigir una startup de biotech como mujer? “En Argentina empieza a haber cada vez más mujeres en roles de liderazgo dentro del ecosistema de ciencia y tecnología. Cuento con el apoyo total de mis dos socios, Federico Ocampo y Tadeo Fernandez Gobel. Al mismo tiempo, me toca salir a vender el negocio en un entorno donde la mayoría de los actores siguen siendo hombres, como es el mundo de las inversiones. Aún así, me siento muy motivada. La biotecnología me ofreció una puerta concreta para transformar desafíos complejos en soluciones reales a través de la ciencia. Así nació Elytron, un espacio donde puedo combinar gestión, visión estratégica y propósito”.
Otra de las emprendedoras que nos conmovió fue Paula Cardenau, cofundadora y directora de Arbusta, una empresa con un modelo híbrido de tecnología e impacto social. Nació en 2015 con el propósito de formar a jóvenes de contextos vulnerables que querían trabajar en tecnología, un sector de alto crecimiento y buenos sueldos. "La tesis era simple pero disruptiva: había un gran talento en jóvenes de barrios populares que no estaba siendo mirado por el mercado, con el potencial, la creatividad, la mentalidad de crecimiento y el hambre de desplegarse, claves para ser parte de equipos de alto rendimiento. Sólo era necesario habilitar la oportunidad adecuada", explicó Paula.
Arbusta fue un puente entre sectores sociales y culturales que no se conectaban. Hoy es una empresa competitiva que opera en tres verticales principales: gestión de datos (Data), externalización de procesos (BPO) y control de calidad (QA). “Tenemos una misión, que es ser el partner latinoamericano número uno en gestión de data para la toma de decisiones de las empresas en la aplicación de inteligencia artificial”, agrega Clemencia Nicholson, CEO de Arbusta. Paula además señala además “achicar la brecha de mujeres en IT es una de sus prioridades. Sabemos que el talento no tiene género. Por eso intencionalmente habilitamos el primer trabajo en tecnología especialmente para mujeres”.
El desayuno duró apenas dos horas pero desde el comienzo, y sin conocernos previamente, se generó esa intimidad que permite hablar a corazón abierto, expresar no solo logros sino dificultades, y reconocer que tenemos los mismos anhelos y desafíos. Nos admiramos con las historias de unas y otras, alentamos a quienes dudaban y sentimos la alegría de reconocernos como iguales. De eso se trata Mujeres&Compañía, encontrar modelos en los que identificarnos, compartir con amigas un camino estimulante pero que todavía es más empinado por ser mujeres. Como me dijo hace poco una compañera de la universidad. “Creíamos que bastaba con estudiar y prepararnos como hacían los varones, pero después nos dimos cuenta que la vida es una película que ha sido escrita, producida, dirigida y protagonizada por varones. Nosotras seguimos siendo actrices de reparto, aunque algunas lleguemos a brillar en las carteleras”.
Que algún día la vida pública, la política, los estados, la justicia, la academia, las empresas, los medios de comunicación, las organizaciones sociales y hasta las religiones tengan una impronta más femenina, con valores más humanos, de amor, cuidado y cooperación en lugar de guerra, competencia y destrucción, eso sí será sumamente disruptivo e innovador. Esa es la misión que tenemos por delante porque, aunque no tengamos conciencia aún, somos nosotras, las mujeres, quienes podemos verdaderamente cambiar el mundo para mejor. No desde la cabeza, que ya la hemos entrenado, sino desde nuestra alma y corazón.
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¡Excelente entrada! Una celebración de la fuerza transformadora de las redes entre mujeres de ciencia, tecnología, innovación y muchas otras áreas de las cuales hemos sido relegadas antaño e incluso hoy en día. Apoyarnos para hacer aquella cuesta menos empinada debería ser nuestra motivación. Si estás de acuerdo, lo estaré sumando al Diario de Substack, en su emisión de mañana.
Excelente María Eugenia¡ comparto tus conclusiones, desde lo evolutivo, es la Mujer, sin que se tome como competencia con el varón, al contrario, a la par, quien tendrá un rol trascendente, para lograr un mundo mejor, se puede considerar que son la reserva moral del planeta, si participan cada vez más en la vida pública, la política, los estados, la justicia, la academia, las ciencias y la tecnología, las empresas, los medios de comunicación, las organizaciones sociales y hasta las religiones, como mencionas. Este rol junto a la maternidad y parte irrenunciable de la crianza de los hijos, seguro requiere un esfuerzo adicional en algunas etapas, pero no imposible para el estatus de mujer.